A lo largo de su existencia, Israel ha estado con el Dios de la historia. Sin embargo, actualmente, ¿se puede seguir afirmando esa presencia, puede seguir esperando su salvación?
Fackenheim analiza en primer lugar la antigua fe judía, con sus dos momentos clave: la presencia salvadora en el Mar Rojo y la presencia imperativa en el Sinaí. Luego, estudia el cuestionamiento que para la experiencia religiosa en general y para la judía en particular ha supuesto el pensamiento moderno.
Finalmente, ve la tragedia de Auschwitz como una «voz imperativa» que dicta un nuevo mandamiento: recordar a las víctimas para que su memoria no perezca; no desesperar del hombre y su mundo, ni buscar escapatoria en el cinismo o el espiritualismo; y seguir esperando en el Dios de Israel.