Desconstruyendo minuciosamente los contenidos de la teología patriarcal, Ivone Gebara desentraña el papel de la religión como legitimadora de la subordinación de las mujeres y la naturaleza. Desde su compromiso vital con las mujeres pobres del nordeste brasileño, apunta a la construcción de una nueva ética, buscando espacios de libertad y de justicia donde poder disfrutar sin exclusiones del banquete de la vida.
Frente a la teología de especialistas, de verdades únicas y «reveladas», el ecofeminismo delinea una «teología de la sospecha», basada más en interrogantes que en certezas, donde la mujer y los pobres no son temas a tratar sino que son reconocidos como sujetos teológicos, capaces de recrear y hacer fecunda la teología. La autora defiende así el derecho de ciudadanía del pensamiento teológico ecofeminista, que se entronca con el camino de nueva interpretación bíblica y el quehacer teológico que desde hace algunas décadas diferentes mujeres, dentro y fuera del continente americano, van perfilando.