En este ensayo trata Horkheimer de definir y fundamentar un modo de entender la investigación científica que renuncia a los tópicos de la teoría tradicional de cuño positivista (la neutralidad valorativa y la orientación técnica del saber científico) y que, retomando expresamente la peculiar síntesis de aspiración al máximo rigor científico y de máximo compromiso político que caracteriza a la teoría económica de El capital de Marx, reconoce expresamente el interés práctico que la determina, su condición de teoría políticamente comprometida en la instauración de una sociedad racional y justa.
Muy diferente es el segundo ensayo que compone este volumen, «Razón y autoconservación» (1942), perteneciente a una segunda época del pensamiento del autor marcada por la experiencia del fascismo y de la Segunda Guerra Mundial y caracterizada por el abandono del programa revolucionario marxista y la sustitución de las investigaciones sociológicas positivas por una crítica radical de la cultura centrada en torno al fenómeno de la reducción de toda racionalidad a razón instrumental, crítica que culmina en la gran obra conjunta de Horkheimer y Adorno, Dialéctica de la Ilustración. Este volumen muestra, pues, el contraste entre dos períodos muy diferentes del itinerario de la Escuela de Francfort, y permite al lector valorar si la teoría crítica debe ejercerse como crítica filosófica de la cultura o si por el contrario (como cree Habermas) debe recuperar los rasgos que definiera Horkheimer en su ensayo, ya clásico, de 1937.
La introducción ha corrido a cargo de Jacobo Muñoz, catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense y especialista en pensamiento contemporáneo, sobre cuyas diferentes corrientes ha publicado numerosos trabajos.