El presente volumen recoge la experiencia de la aplicación del modelo de la terapia breve en aquellas situaciones calificadas como graves o difíciles, tales como la depresión, la anorexia, las psicosis o el alcoholismo, desmitificando las construcciones semánticas que revisten estos trastornos. Según los autores, no existen casos intimidantes, sino que estos son juicios de valor sobre algunas conductas sintomáticas de los pacientes.
A pesar de las críticas recibidas desde otros enfoques, que reducen la eficacia de la terapia breve a problemas concretos, acotados y de relativa simplicidad, Schlanger y Fisch demuestran que el modelo es idóneo en este tipo de casos, ya que la clave reside en trabajar con conductas y no con diagnósticos.