Partiendo de Homero, se emprende una lectura de ciertas tragedias de Sófocles y de Eurípides. Alcestis muere por la belleza; Medea se queda en el aire; la casa se ha corrompido y la pólis ha caído enferma. Para implantar el nuevo proyecto político y apostar con determinación por la igualdad ciudadana, la pólis debía contener el llanto y reprimir las lágrimas por los parientes muertos, lo cual exigía contener y reprimir a las mujeres.
Este ensayo intenta comprender en qué sentido la ruptura que define ese proyecto esboza caminos que la pólis misma no está dispuesta a seguir: la erosión de la confianza, la pérdida de la comunidad o la separación de lo ‘económico’; tal como le recuerdan justamente las mujeres.
Aida Míguez Barciela es profesora de filosofía en la Universidad de Zaragoza. Su trabajo se centra en la interpretación de los textos griegos antiguos. Es autora, en esta misma editorial, de La visión de la Odisea (2014) y Talar madera (2017).