El mindfulness, o atención plena, se basa en una práctica que ha sido durante siglos el entrenamiento diario de monjes y laicos en diversas escuelas budistas. Pero a lo largo de estas últimas décadas se ha difundido en muchos ámbitos de la sociedad occidental, de forma que escuelas, empresas y hospitales lo han adaptado según sus necesidades, para que cada vez más gente pueda disfrutar de este modo de estar presente que tiene la capacidad de reducir el estrés y mejorar la calidad de vida.