Foción y Catón el Joven son probablemente los dos protagonistas de las Vidas de Plutarco más admirados por
el autor, pues los consideraba un excelente ejemplo de virtud tanto en su vida personal como en la política. Estas dos
biografías son la fuente más importante y más completa para el estudio de ambos personajes; además, en el caso de Catón,
la de Plutarco es la única biografía conservada. En cuanto a Demóstenes y Cicerón, ya en la Antigüedad se consideraba
que con ellos había llegado la oratoria a su grado más alto de perfección, por lo que era habitual parangonarlos. Al
autor de las Vidas paralelas, que sigue criterios biográficos propios, lo que le interesa es el estudio del carácter
con una finalidad ejemplarizadora y moralizante, y trata de la oratoria sólo como un instrumento de la actividad
política de los protagonistas. En Foción y Demóstenes encontramos a dos dirigentes políticos de la Atenas del siglo IV
a.C. con diferentes actitudes ante el fin de la independencia de su ciudad, que acaba siendo sometida por el reino de
Macedonia. Catón el Joven y Cicerón, en el siglo I antes de nuestra era, luchan denodadamente en el mismo bando en un
intento, heroico pero no coronado por el éxito, de salvar la República romana frente a los ataques de los que buscaban
su poder personal.