«La dificultad de explicar “por qué soy católico” radica en el hecho de que existen diez mil razones para ello, aunque todas acaban resumiéndose en una sola: que la religión católica es verdadera». He aquí la causa por la que el 30 de julio de 1922, G. K. Chesterton deseó ser acogido en el seno de la Iglesia católica. Sin embargo, la travesía seguida hasta entonces por este grandísimo escritor en el ámbito espiritual no fue breve ni estuvo exenta de obstáculos, lo cual muestra honestidad a la hora de encarar su conversión.
En la Inglaterra de entonces, donde la Iglesia católica era muy poco popular, Chesterton hubo de responder en numerosas ocasiones por los motivos de su bautismo. No obstante, fiel a su personalidad sencilla y directa, no escamoteó la cuestión ni los ataques, y siempre defendió públicamente su fe y la racionalidad del Cristianismo.
Por qué soy católico recoge sus ensayos religiosos a partir de 1922, lo que convierte a la obra en un referente del pensamiento del Chesterton apologeta de la fe. Estas páginas ponen de manifiesto su extraordinaria capacidad para discurrir sobre las cuestiones más elevadas de la manera más sencilla y atractiva posible.