Tal vez la fragmentación sea la principal característica del mundo moderno. Colin Gunton propone en este libro la relacionalidad como el elemento clave para sanar el proceso desintegrador que padecen el hombre y las cosas que le rodean.
El presente estudio examina en primer lugar lo que con frecuencia se denomina «crisis de la modernidad», aunque no se limita sólo a ella, sino a todo aquello que tiene relación con la cultura moderna en general. Por eso, un estudio sobre la cultura termina convirtiéndose en un estudio sobre el mundo creado, marco dentro del cual tiene lugar la actividad humana.
La obra indaga, por otra parte, en algunos problemas propios del pensamiento social, teológico y filosófico, remontándose más allá de la Ilustración, a la vez que trata de esbozar una respuesta, desarrollando de forma constructiva las posibilidades conceptuales que se encuentran en la teología de la Trinidad, tanto clásica como contemporánea.
Una exposición de la relacionalidad que otorgue la debida importancia tanto a la unidad como a la pluralidad, a lo particular como a lo universal, a la alteridad como a la relación, ha de derivarse del único lugar donde puede fundamentarse de forma satisfactoria, es decir, de una concepción de Dios entendido como uno y trino, cuyo ser consiste en una relacionalidad que brota de la alteridad en la relación de Padre, Hijo y Espíritu.