En el estudio del pensamiento platónico ha habido diversas doctrinas de la interpretación atribuibles a dos tendencias. La primera, que privilegia la «escritura» de la enseñanza de Platón, excluye toda tradición indirecta y centra su atención únicamente en los diálogos escritos. La otra, de la Escuela de Tubinga, basa su interpretación en las «doctrinas no escritas» de Platón. Más allá de estos dos modelos interpretativos, Raphael propone una aproximación directa para «realizar» la enseñanza platónica y poder ser un verdadero filósofo: «aquel que es capaz de ver lo Entero». El autor penetra en el corazón de la Enseñanza platónica reconduciéndola a la corriente de la Tradición filosófica mistérica en cuanto real «estilo de vida». Restituye al concepto de «filosofía» la acepción que tenía en los tiempos de Platón. En esta obra Raphael hace resaltar cómo Platón no es ni dualista ni panteísta, sino esencialmente panenteísta, y demuestra que su filosofía apunta a la transformación del hombre y de la sociedad. Pone de manifiesto, además, la visión de lo Uno-Bien cual fundamento metafísico de lo inteligible y de lo sensible y cómo emerge en Platón el concepto de verdadero Infinito metafísico. Finalmente se proponen dos aspectos ?Dialéctica y Eros? como medios catárticos y de liberación que conducen a la unificación del espíritu humano con el Ser divino o Uno-Bien. Así se pone de relieve que Platón para el ente propone la «experiencia del Ser» en cuanto es y no deviene. Particularmente interesante es el capítulo «Platonismo y Vedanta», en el que Raphael plantea un paralelismo entre la Filosofía de Platón y la de Sankara.