Las preguntas clave de la educación son las mismas hoy que en toda la historia de la transmisión cultural: cómo deben ser educadas las personas en esta sociedad, o qué hay que saber y para qué, cómo saberlo, cómo organizar y desarrollar las situaciones educativas y cómo valorar lo que hacemos. Enseñar y formar personas obedece a unas grandes preocupaciones básicas a las que, en cada contexto –sea un sistema educativo, una clase o un núcleo familiar--, debe darse un determinado tipo de respuesta. Lo que se aborda en este texto es una reflexión sobre la forma de concretar aquellas preguntas por parte de los principales agentes formativos, los profesores; es decir, por parte de los responsables de concretar los procesos formativos, ya sea en aquellos ámbitos que denominamos formales, como los escolares, o en los no formales.
El presente libro trata de abordar el problema de la metodología para la selección cultural de los contenidos formativos, de las modalidades de deliberación para derivar contenidos relevantes en cada situación de enseñanza, proporcionando diversas herramientas al profesorado para que pueda ejercer con plena responsabilidad su función de agente formativo o educativo, generando procesos de enseñanza y aprendizaje cuya complejidad responda a los grados de profundidad requeridos.
En el texto se argumenta que toda actuación profesional docente debería caracterizarse por un tipo de saber especial que permita conocer si las personas a quienes nos dirigimos de modo específico les puede interesar realmente aquello que pretendemos enseñarles y si las acciones que van a desarrollar bajo nuestra orientación, para apropiarse de dichas propuestas formativas, son suficientemente relevantes para ellas. En este nivel de ejercicio de la enseñanza, la cuestión central es dirimir ante todo el porqué y el para qué de lo que se pretende comunicar, precisamente porque interesa que lo mostrado se convierta en aprehendido por parte de todos los sujetos a quienes nos dirigimos.