Quien piense que la inteligencia emana de la mente y que el razonamiento requiere la supresión de la emoción debería pensárselo dos veces o más bien no «pensar» en absoluto.
En su provocativo nuevo libro, Guy Claxton se sirve de los últimos descubrimientos en neurociencia y psicología para revelar que nuestro cuerpo, despachado durante largo tiempo como un mero vehículo, constituye en realidad el núcleo de nuestra vida inteligente. Desde el medio endocrino, por el que nuestros órganos se comunican con las bases viscerales de la toma de decisiones conscientes provocadas por los fenómenos externos, nuestro cuerpo es capaz de realizar cálculos inteligentes que, o bien pasamos por alto, o bien atribuimos erróneamente a nuestro cerebro.
La inteligencia encarnada es una de las áreas más apasionantes de la filosofía y la neuropsicología actuales. Claxton muestra asimismo cómo el privilegio conferido al pensamiento cerebral ha pasado factura a la sociedad moderna en su conjunto, lo que conlleva un tiempo excesivo ante la pantalla, la disminución de la artesanía y la sobrevaloración de los trabajos de cuello blanco respecto de los de cuello azul. Al tiempo que analiza técnicas que nos ayudarán a conectar de nuevo con nuestro cuerpo, Claxton demuestra cómo la valoración de la inteligencia corporal enriquecerá toda nuestra vida.