Seguramente la consciencia es la sustancia más compleja que ha producido el universo y su estudio tal vez sea el reto científico más grande del siglo XXI. En el presente, desconocemos si la consciencia, como fenómeno cognitivo, es el resultado de la complejidad computacional que tiene lugar en los circuitos cerebrales y, por tanto, es un fenómeno emergente de la materia, o si es la sustancia de la que está hecha la materia, el espacio y el tiempo. Sin embargo, no deja de ser sorprendente el hecho de que lo más genuino, lo más íntimo y personal de nuestra existencia, nuestra propia consciencia, nos parezca el mayor misterio del universo.
En esta obra se trata nuestra experiencia consciente en un mundo material, desde un enfoque científico. En ella se postula que la consciencia fenoménica, tal y como la experimentamos los seres humanos, debe emerger a partir de la relación que se da en el trinomio:
?El mundo físico externo.
?El mundo de la experiencia sensorial interna.
?El sistema ejecutor de acciones o programas motores que conforman el comportamiento.
En esta triple interacción el sujeto transforma al mundo y, a su vez, él resulta transformado por el mundo. No obstante, solo tenemos acceso sensorial a aquellas dimensiones del mundo que son relevantes para nuestra supervivencia. Y el sistema mente-cerebro parece comportarse como un dispositivo sintonizado a la realidad exterior. Este dispositivo, dado un input sensorial, genera una representación de la que podemos, o no, tener consciencia. Al parecer, el mundo que nos rodea está siendo construido continuamente por nuestro sistema mente-cerebro y, tal vez, solo existe dentro de nuestra consciencia. Aquí examinamos la consciencia desde cuatro ejes o dimensiones:
?Filosofía de la mente.
?Evolucionista.
?Bioneurofisiológica.
?Cognitivo-emocional.
(cont.)