La educación se ha extendido en todos los países y a todos los grupos sociales, pero sus efectos positivos sobre el desarrollo y el bienestar están lejos de ser alcanzados.
Un conjunto de prestigiosos especialistas en el tema analizan en este libro los laberintos de la educación de los niños y los jóvenes ante los cambios de la sociedad.
El valor de la educación no depende sólo de su cantidad, es decir, de la duración de la escolarización, sino de su calidad, es decir, de lo que estudia, las técnicas de aprendizaje que se utilizan y los resultados que obtienen los estudiantes. Pero las reformas necesarias chocan con un amplio desconcierto acerca del papel que deben desempeñar los diversos actores sociales y las instituciones en la orientación de la educación. Los padres acusan a la escuela de ineficacia, la escuela se lamenta de que los padres mandan a sus hijos sin una socialización mínima, después todos culpan a la televisión y, por último, las quejas se elevan al gobierno.
En los diversos capítulos de este libro se analizan el valor cultural de la educación, su importancia para el desarrollo económico y social, la crisis de la función educativa de la estructura familiar, el lugar de las escuelas privadas o religiosas en una sociedad libre y democrática, la educación en sociedades con múltiples grupos culturales y las deficiencias de la educación para el servicio público ante los retos del mundo actual.