Las personas felices y alegres tienen tantos problemas como las demás, pero saben cómo resolverlos. Conocen el otro lado de la moneda: los problemas hacen crecer mientras que las preocupaciones empequeñecen. Gracias a su actitud positiva, rehuyen de las preocupaciones, buscan soluciones a los problemas y sonríen a la vida. Las personas felices disuelven las dificultades en el amor, la alegría y la paz interior. La paz interior es una actitud que no depende de las circunstancias exteriores.
La alegría es la llave milagrosa que abre los corazones. El amor es una varita mágica poderosa que busca expresarse en toda circunstancia. La paz, la alegría y el amor entran en nuestras vidas por elección voluntaria. Cuando damos un paso en la dirección correcta, la que facilita nuestra ascensión espiritual, el Universo se alegra y se moviliza para apoyar nuestros pasos. El andar se hace más ligero y el amor reina en el entorno.