Este librito tiene como objetivo desmoralizar (en el sentido de hacer perder la moral) a los padres o madres en potencia, es decir, a quienes se están preguntando si vale la pena tener hijos. Naturalmente, estas personas no pueden confiar sus dudas a nadie, porque una cosa así no se cuestiona: "tener hijos está bien". Sin embargo, las razones para decidir no tenerlos son muchas, y son más razonables que las que se suelen invocar para tomar la decisión contraria. Hay por lo menos cuarenta, que pasamos a detallar a continuación. ¡Basta de discursos sensibleros sobre la felicidad del oficio de progenitor! Ante tanto entusiasmo y buenos sentimientos obligatorios, es urgente y necesario decir "¡puaj!" a nurseryland. Sé lo que me digo, porque yo misma tengo hijos... Hay cosas de las que solo puede hablar una madre de familia, siempre que tenga el valor de salir del armario. Si firmara este libro sin haber tenido descendencia, todo el mundo pensaría que soy una solterona amargada y envidiosa. Ahora, puede que me acusen de ser una madre desnaturalizada. Muy bien, lo asumo. Después de traicionar a mi empresa en Buenos días, pereza, aquí critic una imagen idealizada de la familia, que solo existe en las revistas. De paso, aprovecho para mofarme de cierta Francia natalista y autocomplaciente, cuyo único horizonte es el trabajo y la reproducción. Esto sí que es señal de una regresión preocupante: ¿qué puede haber más deprimente que un país empeñado en reproducir lo que hay, cuando lo que hay es aburrido y previsible a más no poder?(Corinne Maier, Introducción)