La importancia de los movimientos terroristas, que comenzaron en los años sesenta, ha llegado a su punto máximo con los atentados del 11 de septiembre de 2001. Actualmente, el terrorismo se ha convertido en la forma más efectiva y virulenta de hacer la guerra y en el principal foco de interés y temor de la ciudadanía mundial. Los estudios dirigidos a su explicación son increíblemente numerosos (sólo en inglés, se publicaron 800 trabajos relacionados con el atentado de las Torres Gemelas durante el año siguiente). A pesar de esta prodigalidad, la literatura centrada en el fenómeno del terrorismo adolece en general de una falta de información de primera mano, consecuencia directa de las características del propio objeto de estudio: los corpúsculos terroristas están formados por sujetos volátiles, ocultos, inaprensibles conceptual y moralmente desde una óptica estrictamente occidentalista. En opinión de su autor, los analistas han centrado su interés y esfuerzo en todo tipo de causas explicativas externas cuando buena parte de su resolución radica en conocer las leyes internas, el porqué, la psicología, en definitiva, que anima a determinadas personas a convertirse en armas letales al servicio de una ideología de carácter fundamentalista.
En este conciso estudio, John Horgan comienza por centrarse en aquellas herramientas que la psicología puede aportar para una comprensión verdadera del fenómeno. Conocer los procesos que impulsan a los individuos a sostener una conducta de violencia. Investigar cuál es la relación entre el individuo y su entorno político, ideológico y religioso. Preguntarse cómo suele afectar el terrorismo a los ciudadanos y a las instituciones, y qué opinan quienes cometen las acciones terroristas. Basado en entrevistas reales con terroristas y en evidencia documental, el corazón de este ensayo lo constituye un modelo del proceso que siguen la mayoría de aquellos que se adhieren a organizaciones terroristas: cómo ingresan al grupo, cómo lo viven y cómo es que, finalmente, lo dejan detrás. Para Horgan, conocer el pensamiento terrorista y construir su análisis sin prejuicios es la principal vía para comenzar a comprender el fenómeno más aciago del siglo que comienza.