Hoy en día vivimos sometidos a un número cada vez más creciente de situaciones y acontecimientos estresantes y traumáticos que nos impiden vivir en condiciones de bienestar y felicidad. Sin embargo, no estamos indefensos. La resiliencia es la capacidad humana para resistir y afrontar ese bombardeo incesante de eventos que nos causan sufrimiento, de tal forma que la experiencia nos fortalece, adquirimos mayor confianza en nuestras habilidades y nos volvemos más sensibles a los padecimientos que otras personas estén experimentand, así como más hábiles para generar cambios y minimizar o erradicar las fuenter originarias del estrés o el trauma.
Quienes se han dedicado a su estudio proponen la existencia de varios factores de resiliencia, que agrupan en tres categorías: lo que tengo (apoyos externos de familiares y amigos, modelos de conducta o servicios institucionales de protección social); lo que soy (apoyos internos extraídos de los elementos positivos de nuestro carácter, por ejemplo, la serenidad de ánimo, la responsabilidad, el humor o el altruismo), y lo que puedo hacer (esto es, la habilidad para interactuar con los demás y resolver problemas comunes). En este sentido, la atención al buen desarrollo de estos tres factores favorece la resiliencia.
En esta obra, Edith Henderson Grotberg provee la información necesaria para entender los fundamentos esenciales de la resiliencia, así como sus usos para afrontar y superar los obstáculos y tragedias de la vida. La acompañan varios expertos en la materia que aportan un novedoso enfoque práctico de carácter multidisciplinar: por ejemplo, el papel esencial de la resiliencia en familias con hijos que precisan de cuidados especiales; su integración y promoción en el funcionamiento diario de centros educativos que se hallan en situación de riesgo por su confictividad o marginalidad; su eficacia cuando es incluida en los programas de adaptación de los inmigrantes, o su probado éxito para superar secuelas psicológicas y devolver la esperanza a aquellas comunidades que sufren o han padecido catástrofes causadas por fuezas naturales o humanas.
Hoy más que nunca, tenemos la necesidad de desarrollar y utilizar la resiliencia en nuestra vida cotidiana, en nuestro trabajo, en nuestra vida personal y familiar, social y política. Es posible desarrollar la resiliencia en cualquier situación que nos provoque sufrimiento o en cualquier experiencia que sea vivida como una adversidad.