UNA HISTORIA DE CONDENA Y SALVACIÓN QUE INDAGA EN LAS GRIETAS MÁS OSCURAS Y PROFUNDAS DEL ALMA PARA LLENARLAS DE COMPASIÓN, VIDA Y LUZ.
«PUEDE QUE AHORA TE PAREZCA IMPOSIBLE, PERO TE ASEGURO QUE TODO PASA. Y, SI NO PASA, CAMBIA.»
El único camino para llegar a Sassaia, un minúsculo pueblo enclavado en las montañas, es una empinada carretera de tierra escondida entre los árboles. De allí aparece un día Emilia, pelirroja y con el pelo encrespado, con treinta años y una adolescencia perdida, vistiendo unas botas moradas y una chaqueta verde fluorescente. Desde la casa de al lado, Bruno asiste a su llegada como quien asiste a una invasión. La mujer tiene acento «extranjero» y un montón de bolsas y maletas: ¿qué hace allí arriba, lejos del resto del mundo? Cuando por fin se encuentran, cada uno con su propia soledad, en los ojos de Emilia 02014;«desprovistos de luz, como dos estrellas muertas»02014; Bruno percibe un abismo similar al suyo, pero de signo opuesto. Ambos han conocido el mal: él porque lo ha sufrido, ella porque lo ha consumado; un mal irreparable, por muchos años que haya pasado en la cárcel02026;
Sassaia es el punto de fuga, la única solución para escapar de un futuro en el que ambos han dejado de creer. Pero el futuro llega y sigue sus propias leyes: seas culpable o inocente, víctima o verdugo, el tiempo pasa y nos revela que todos somos infinitamente frágiles, fatalmente humanos.