Al monstruo del armario no le gusta su cara, ni sus manos, ni su culo… En definitiva, no le gusta ninguna parte de su cuerpo. Cuando se mira de arriba abajo, siempre ve partes demasiado gordas y otras demasiado delgadas. Para devolverle la autoestima, por cada cosa que al monstruo azul no le gusta de su cuerpo, su amigo humano encuentra diez que a él le encantan. Porque para él, su monstruo es el más guapo y el más fantástico de todos los monstruos.