He escrito este libro para lectores que, en palabras de Ordine, aprecien el papel de la literatura, la utilidad de lo inutil. Su lectura es de las que se disfruta en silencio en una habitación propia. La síntesis del libro es que la literatura es un placer. Como el flujo de un río caudaloso, cada fragmento se ubicará en su propia fuga del tiempo y del espacio. No obstante, lo curioso es que este aparente caos literario transite pro caminos que acaban por converger.