Durante el siglo XX, las controversias sobre el funcionalismo en arquitectura oscilaron entre los polos de los hechos y los valores, y la tendencia moderna a primar los hechos sobre los valores fue muy polémica desde el principio.La premisa que ha motivado este libro es la desaparición del término "función" en los discursos arquitectónicos actuales y su caída en el desprestigio. En su lugar, preferimos hablar de performance, traducible como "comportamiento", "desempeño" o "rendimiento". Sin embargo, performance se ha vuelto un término tan polisémico, ambiguo y polémico como lo fue el término "función" en la modernidad: es un significante vacío que debe repensarse junto a su contraparte crítica, la "representación", que es vista hoy con la más alta suspicacia. En este libro se persigue el desvelamiento de los vaivenes ideológicos del funcionalismo arquitectónico a lo largo del siglo XX y hasta la actualidad, cuando no existe un término análogo satisfactorio para describir cuál es la función de la arquitectura. El movimiento moderno, y también el postmodernism, fue un campo de batalla donde funcionalistas y anti-funcionalistas protagonizaron una guerra ideológica, pero esta guerra no ha terminado, es más, está en pleno apogeo.