Si la genética fue la ciencia de moda del siglo xx, actualmente son las neurociencias las que disfrutan de un mayor éxito divulgativo. Se aplican a diversas ramas del conocimiento, como la psicología, psiquiatría, sociología, educación, economía, política o hasta el marketing. La neuroteología investiga la relación entre las experiencias espirituales, místicas o religiosas y la actividad cerebral, y aunque en principio debería ser ideológicamente neutral, entre los materialistas y ateos despertó animosas esperanzas de que definitivamente se demostrara que la espiritualidad tiene su razón de ser en el cerebro, y algunos investigadores intentaron encontrar las causas cerebrales que producen la idealización religiosa. Después de algunas décadas tenemos elementos de juicio para saber hasta qué punto tenían razón o si se trataba de una declaración de principios. [..] En definitiva, este ensayo es una reflexión crítica sobre algunos de los límites técnicos y conceptuales a los que se enfrenta la neuroteología y las neurociencias en general, dirigido al público no especializado