El pensamiento de los monstruos, deslumbrante ejercicio de imaginación e inteligencia literaria, viene ahora al encuentro de los muchos lectores de Felipe Benítez Reyes —del poeta y del novelista— que, después de ese prodigio que es El novio del mundo y de las pequeñas obras maestras que son Tratándose de ustedes y La propiedad del paraíso (Andanzas 327, 391 y 451), aguardaban impacientes su siguiente novela.
«Soy policía, soy un poco vidente y algunas noches las ocupo en retransmitir un programa pirata de radio. Aparte de eso, últimamente me dedico a echarle una mano a mi amigo Jup Vergara en su agencia de viajes. Y estudio, en la Universidad a Distancia, Filosofía.» Así se presenta a sí mismo Yéremi Alvarado, descifrador atónito del pensamiento de los grandes filósofos, politoxicómano, perseguidor del arquetipo femenino y desafortunado con las mujeres. Yéremi está a punto de cumplir cuarenta años cuando, de repente, se le viene encima todo su pasado confuso y fósil: es, asegura, «como si un pulpo de dos toneladas se me hubiera sentado en la cabeza». Con él aparece también una portentosa galería de secundarios: un peculiar buscador de tesoros ocultos, una vidente televisiva, un profesor de latín que ha hecho voto de silencio, un poeta maldito que sueña con ganar algún concurso, un taxista afásico, un delincuente altanero, una veterinaria que regenta una granja de exterminio de perros vagabundos, un histriónico orador ambulante, un empresario cultural sin escrúpulos, un camarero chino convertido en asesino involuntario...