Inspirada en las luchas ideológicas y los conflictos armados de nuestro tiempo, la novela recrea el tenso ambiente de un pueblo recién invadido. Se trata del drama de unos vencedores que se saben vencidos, que pueden matar pero no imponerse, que se abruman frente a la enconada hostilidad, la fingida sumisión, la solapada resistencia y por último, la violencia liberadora de un pueblo que se considera independiente. La luna siempre vuelve a salir para los pueblos que resisten. Premio Nobel de Literatura en 1962, Steinbeck aceptó el galardón tras destacar la ineludible responsabilidad del escritor como portavoz de injusticias.