He aquí una antología insólita. Cuando uno tiene entre sus manos una antología -cualquiera que sea el género, época o país referido- lo primero que suele hacerse es leer el índice y encontrar en él, no siempre en actitud inocente, una lista de escritores bien conocidos. En ocasiones, el antologador añade al final dos o tres nombres de escritores muy jóvenes, poco conocidos, como una apuesta con la que pretende señalar el rumbo por el cual, según su vaticinio, marcharán las cosas en un cercano futuro. Entre los muchos riesgos que una antología presupone, este último es obviamente el mayor.
Pues bien, Julio Ortega, eminente estudioso de la literatura latinoamericana, ha invertido los términos y nos ofrece en este volumen una antología futura.
Es decir, en el paso lleno de incertidumbre del siglo XX al XXI, Ortega antologa el género cuentístico latinoamericano del siglo entrante y apuesta por estos cuentistas y por sus respectivos cuentos, no como promesa sino como realidad contante y sonante. El más joven tiene 27 años, la mitad de ellos menos de 40. Nadie busque en este "almanaque del porvenir" o en esta "memoria del futuro" -que de las dos maneras lo define su autor- una jerarquía de naciones: América Latina es una, y sus cuentistas definen una "nueva internacionalidad" y un "mapa de migraciones". Tampoco se busquen tendencias políticas: en este libro se convierten en tendencias culturales.
Stendhal decía que él escribía para alcanzar el éxito al cabo de 80 años. Julio Ortega nos brinda la seductora posibilidad de verificar, en plazo considerablemente menor, la manera en que se va cumpliendo su arriesgada profecía.