Son los últimos días de 1813 y se cumple un año
del desastre que destruyó al Gran Ejército de Napoleón
entre las nieves de Rusia. Durante este año Europa entera se rebela
contra el invasor, y los ejércitos de rusos, prusianos, austríacos,
bávaros, sajones y de otros pueblos sometidos a Francia persiguen
a los restos del ejército francés que se retira y amenazan
el solar galo.
Emile Erckmann (1822-1899) y Alexandre Chatrian (1826-1890), escritores
alsacianos, aunaron sus nombres bajo el seudónimo de Erckmann-Chatrian
para publicar una serie de cuadros históricos ambientados en las
guerras napoleónicas -como hicieran Tolstoy, Stendhal, y
otros maestros que escogieron esta gran contienda como telón de
fondo para sus mejores tramas-, serie iniciada en 1862 con el presente
volumen, La invasión, o el loco Yégof, al que seguirían
Madame
Therese o los voluntarios de 1792 (1863), Historia de un recluta
de 1813 (1864), Waterloo (1865), y otras.
La invasión, o el loco Yégof muestra la retirada
del ejército derrotado de Napoleón vista desde el sufrido
país fronterizo de Alsacia (que en la historia reciente ha pertenecido
tanto a Alemania como a Francia), en tono escéptico y antimilitarista.
La Alsacia siempre fue un país misterioso, y los Vosgos, escarpados
y selváticos, son cuna de leyendas y mitos. Un viejo loco, estrafalario
y terrible, Yégof, recorre la comarca de la Serranía coronado
de hojalata y perorando sobre castillos, duques, vasallos, jefes, posesiones
y combates. Recuerda las terribles batallas que allí tuvieron lugar
mil setecientos años atrás y proclama que ha llegado el tiempo
de la venganza: los del norte, los suyos, vuelven. Siguiendo ancestrales
costumbres, más tarde renovadas, la Alsacia se atrinchera ante otro
avatar de invasión.