1891 fue un año fundamental para la obra de Oscar Wilde (1854-1900). Publica entonces su novela El retrato de Dorian Gray, estrena la comedia El abanico de Lady Windermere, ve prohibida su Salomé y da a conocer dos libros de cuentos: El crimen de Lord Arturo Saville y Una casa de granadas. El lector tiene en sus manos, por lo tanto, un volumen que contiene cuatro cuentos escritos en el mejor momento del autor, bellos ejemplos de relatos mágicos del Simbolismo, entre los que destacan El joven rey, El natalicio de la infanta, cuya historia se sitúa en una España literaria del siglo XVII, El pescador y su Alma y El Niño-Astro. Un libro cuya fantasía y humor no dejan de fascinar.