Sin lugar a dudas, "El acero de Madrid" pone sobre la mesa todos los arquetipos asociados a la comedia urbana. Un paradigma ejemplar que reuniría las cuatro características principales que se les presupone a estas obras: paisaje metropolitano, temática amorosa, contemporaneidad y un más que probable final feliz. "El acero de Madrid" establece como coordenadas de su acción dramática el tópico de la falsa opilada. Una tradición de nuevo cuño que no presentaba antecedentes clásicos, pero que estaba lejos de ser una innovación lopesca. Siendo justos, en realidad el Fénix se estaría sumando a una tendencia en boga que ponía el dedo en la llaga de un problema social. A lo largo de la obra se nos recuerda una y otra vez que la supuesta opilación de Belisa se erige como el verdadero motor de la trama, causa y respuesta a sus apuros sentimentales. A modo de parapeto poético, detrás de aquella invención habría una larga retahíla de poemas que se burlaban de aquellas doncellas que, fingiéndose enfermas, aprovechaban para perder algo más que la vergüenza.