Meg y Sylvie Townsend llevan la librería de la familia y también se ocupan de su padre, Stephen, un veterano de la Guerra Civil americana que arrastra secuelas, no solo físicas, sino mentales. Para colmo, el gran incendio de Chicago hace que pierdan su librería. Y no solo eso, sino que acaban separadas de su padre y Meg se quema las manos al intentar salvar de las llamas lo poco que tienen, con la ayuda de Nate Pierce, un reportero del Chicago Tribune. Para cuando las llamas se apagan y el humo desaparece, ambas hermanas consiguen reunirse con Stephen, pero descubren que el amigo que las ha ayudado ha muerto durante el incendio y, lo peor: que ha sido asesinado. Para colmo de males, su padre es acusado del crimen y enviado al psiquiátrico de Cook County.
Sin casa, sin empleo y con su hermana herida, Meg se ve en la obligación no solo de recomponer su vida, sino también de demostrar la inocencia de su padre antes de que este acabe loco de verdad en el manicomio.