De su literatura se ha dicho:
BEN CLARK: No es poesía. No es narrativa. Y no es, desde luego, ficción. Vida condensada que nos llena de vida y armonía.
ERIKA MARTÍNEZ: Ajeno al imperio del desencanto, Jesús Montiel convierte la sencillez revelada en un laboratorio subjetivo. Devuelve a quien mira una candidez incómoda para el cinismo de nuestro presente, y es justo por ello muy necesaria.
ALFONSO TORRECILLAS: En su poesía y simplicidad recuerda al entusiasmo vital de los libros de Bobin:
un entusiasmo nada ingenuo, sino arraigado en el ser del hombre y en su sentido de la trascendencia.
JUAN GRACIA ARMENDÁRIZ: Toca con delicadeza y honestidad casi escandalosa asuntos que no suelen
ser enunciados. Acaso escandalice a los beatos de lo intrascendente. Lejos de la bisutería espiritual, donde la búsqueda de la otredad se rodea de budas de plástico, Montiel se toma muy en serio su forma de estar y el vínculo con lo sagrado.
JUAN MARQUÉS: Montiel, vaticinamos, se va a ir convirtiendo en un fenómeno creciente, va a ir ganando más y más lectores, va a ir convenciendo con sus silencios y haciéndose fuerte con su delicadeza (…) “Literatura” es una palabra muy pobre y pequeña para lo que él hace. Lo suyo es vida escrita, una ventana abierta a todo lo que importa.
JESÚS MONTIEL (Granada, 1984) es autor de cinco poemarios que le han valido distintos reconocimientos, entre los que destaca Memoria del pájaro, Premio Hiperión 2016. Ha traducido Resucitar y Prisionero en la cuna, de Christian Bobin. Ha publicado también un libro de aforismos, Silencio casi (Trea, 2020) y seis de narrativa: Notas a pie de instante (Esdrújula, 2018), Sucederá la flor (Pre-Textos, 2018), El amén de los árboles (Esdrújula, 2019), Señor de las periferias (Pre-Textos, 2019), Casa de tinta (Hiperión, 2019) y Lo que no se ve (Pre-Textos, 2020). La última rosa es el séptimo.