Francia, década de 1940. Pierre Fauré, un hombre austero que trabaja de contable en una pequeña empresa de París, es invitado por su amigo François a pasar unos días en la casa de campo que este tiene en el sur. Un día de agosto, Pierre toma el tren hacia la ciudad meridional en cuya estación lo espera François. De camino a la casa, montados en un carro, atraviesan un bosque vasto y espeso, sumergido en el silencio 'el mismo bosque en el que Pierre se adentrará repetidamente y donde pronto percibe la existencia de otro mundo, parecido, por su calma y eternidad, a esos millones de hojas, a esa conjunción de luz, tierra y árboles. Al poco de llegar, y una vez acomodado en su habitación, Pierre se tumba en la cama y, contemplando la lluvia a través de la puerta abierta, se queda dormido. Se despierta al notar que alguien lo mira y, en efecto, distingue la figura de una mujer que está de espaldas a la luz, observándolo inmóvil. Es Marie 'así la llaman, aunque nadie conoce su verdadero nombre', una mujer que vive en una caseta del bosque como «un pobre animal enfermo. Apesadumbrado por el estado desolador de Marie, Pierre decide llevarla consigo a París y hacer todo lo posible para salvarla. Los primeros meses se suceden lentamente sin traer grandes cambios, aunque los miedos más profundos de Pierre, ocultos en la mirada inexpresiva de Marie, no tardarán en revelarse para sacudir su vida por entero. Mediante una prosa elegante y delicada, Gaito Gazdánov explora con maestría la sensibilidad de sus personajes, todos ellos, de algún modo, extraordinarios en sus pequeños actos cotidianos. Despertar es una historia conmovedora que rinde homenaje a la generosidad incondicional y a la inexorable fragilidad del ser humano.