Al despedirse de ella, el gran poeta alemán Schiller exclamó: 147;Me parece que salgo de una fiebre148;. La expresión describe con genialidad a este torbellino de mujer que encarno como ninguna el espíritu de pasión, libertad y rebeldía del Romanticismo. Bella, rica, culta, inteligente y ambiciosa 150;y todo ello en grado superlativo-, supo utilizar sus armas para convertirse en uno de los personajes más influyentes de Francia. No logro atraerse a Napoleón, quien la detestaba porque la temía, y por lo tanto decidió que sería su mayor enemiga, 147;pues no podía mostrarse indiferente ante un hombre así148;.El relato de esta desigual batalla es la esencia de esta obra. Con el estilo que elogio Saint-Beuve 150;para quien la pluma de esta brillante oradora fluye con la misma amenidad y elocuencia que su discurso: 147;escribiendo, ella sigue conversando148;-, Madame de Staël relata su colisión con Napoleón, trazando un demoledor retrato psicológico del Gran Corso, y también nos habla de las sociedades de su exilio 150;en Rusia, Finlandia, Austria o Polonia-, dándonos su atinada descripción de un mundo cuya descomposición anunciaba una nueva era.