Para todos los amantes de la lectura... y del amor.
Si dudas, regálale este libro.
Y si se convierte en su libro favorito, huye mientras aún puedas. Sal con una chica, o con un chico, que no lea. Cuidado con elegir a alguien que lea: a lo mejor tu vida se vuelve inesperada, a lo mejor se llena de sorpresas o, quizá, de tramas nuevas. Dos relatos sobre los peligros de enamorarse de las personas y de los libros (Sal con una chica que no lea, de Charles Warnke, y Miedo, de Laura Ferrero) ilustrados por María Hergueta. «No hay nada peor que una chica que lee. La chica que lee se empeña en que la narrativa de su historia sea magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios resulten entretenidos y en que se use una tipografía bien legible. Una chica que lee posee un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una necesidad.» «Los libros sí salvan la vida. Son las huellas, los pasos. Esas luces que señalan los carriles adicionales de las autopistas, pero soy yo -quién si no- la que tiene que conducir el coche. Porque leí el poema de nuevo. Tengo que llamarlo, me dije. Sentí el miedo y fue como aprender a nadar de nuevo.»