Una pérdida de identidad. Un peligroso misterio. Y un amor profundo capaz de conquistarlo todo.
Cuando un misterioso caballero apareció ante su puerta, Alex Moreland se quedó estupefacto al descubrir que aquel desconocido no era un caballero, sino una hermosa dama disfrazada de hombre y muy necesitada de ayuda. La mujer no recordaba nada, excepto su nombre, Sabrina, y las únicas pistas que tenía para averiguar su identidad eran el contenido de sus bolsillos: un pañuelo, un reloj de bolsillo, un saquito de cuero, un pedazo de papel y un anillo de oro.
Sabrina estaba segura de que estaba huyendo de alguien, o de algo, ¿cómo explicar si no los moratones de su rostro y la omnipresente sensación de miedo que la acompañaba? También tenía la certeza de que Alex podía ayudarla, y no podía negar las chispas de atracción que saltaban entre ellos. Juntos decidieron viajar al campo para resolver el misterio antes de que aquello de lo que Sabrina estaba huyendo consiguiera atraparla.