Que mala suerte la mía... He venido a
Egipto pensando hacer el viaje de mi vida
- un relax para el cuerpo y el alma bajo el
sol egipcio al lado de algún príncipe azul
exótico. ¿Y qué tengo? En vez de una
atmosfera relajante, un caos de la gran
metrópoli. Divino Guaperas, que vive en
el mismo hotel que yo, resulta ser muy
sospechoso. Los policías catalanes sólo
toman café. Mi maldito pelo rubio no deja
de causar problemas. íY por si fuera poco,
aparece un caballo! No sé quién va a
resolver este lío, pero temo que tengo que
ser yo. íQué vergüenza!