El cuento tuvo un papel importante también durante los años sesenta, Edad de Oro de la literatura checa del siglo pasado. Como cuentistas se impusieron Arnošt Lustig ('Démanty noci', 1958), Milan Kundera (los tres cuadernos de los 'Amores ridículos', 'Smešné lásky', 1963, 1965 y 1968), Bohumil Hrabal ('Clases de baile para adultos', 'Pábitelé', 1964) y Ota Pavel ('La muerte de los corzos hermosos', 'Smrt krásných srncu', 1971). La fuerza artística de estos autores y la capacidad del género fueron confirmadas por las numerosas adaptaciones cinematográficas. Algunas de ellas, como 'Démanty noci' (1964, dirigida por Jan Nemec) o 'Smrt krásných srncu' (1986, de Karel Kachyna), son obras cumbre de la cinematografía checa.
Después de 1989, año en el que la Revolución de Terciopelo devolvió la libertad a la literatura checa, el cuento se convirtió, inequívocamente, en el género más popular entre los prosistas.