Dashiell Hammet empezó a escribir relatos breves para revistas en 1922 por pura necesidad y apenas diez
años después era el escritor más popular de su tiempo, referencia inexcusable de la literatura negra contemporánea.
Padre del llamado estilo hard-boiled, estableció la figura de un detective moderno nada especulativo, implicado en la
realidad, duro y resolutivo, pero también cínico, dubitativo, auténtico. En estos cuentos vemos nacer personajes
inolvidables como el siempre anónimo agente de la Continental, o Sam Spade: personajes, tramas y ambientes tan eficaces
que, casi cien años después, la novela, el cine y la televisión siguen empeñándose en imitarlos.