Siendo como es, sin duda, una de las mejores obras de Pierre Bergounioux (catalogada como una auténtica obra de culto por muchos críticos), B-17G se aleja de esa metafísica del paisaje y del recuerdo que abunda en la obra del francés para entrar en los terrenos, diferentes y tanto o más fascinantes, de la guerra, la violencia tecnológica, la velocidad inhumana y las deflagraciones, temas que pueden recordarnos en parte al Sebald de Sobre la historia natural de la destrucción o a la dromología de Virilio. B-17G es una obra densa y vertiginosa, una de las cotas del arte narrativo de Bergounioux que, para la ocasión, viene acompañada de un postfacio del gran Pierre Michon.