La aparición de un cadáver decapitado, artísticamente troceado y diseminado con enigmáticos designios por diversos rincones de París, sacude de un modo eléctrico al comisario Franck Sharko. Saber que no se trata del cuerpo de su esposa, que lleva ya seis meses desaparecida sin que nadie haya pedido rescata y sin que se tenga la menor pista, es sólo un consuelo menor. Al contrario, este descubrimiento dará pie a una estremecedora y alucinante investigación que pone en contacto a Sharko con los ambientes, redes virtuales y personajes más sórdidos que puedan imaginarse y, sobre todo, con una mente fría, manipuladora y perversa hasta límites insospechados.
Sólo la tensión en que Thilliez mantiene al lector a lo largo toda la novela, impide que éste sienta el calor de la espesa sangre que rezuman estas páginas. La capacidad que tiene el autor para angustiar al lector y mantenerle atrapado en la trama es realmente algo fuera de lo común y por ello han comparado esta obra amenudo con "Seven" o "El silencio de los corderos". Un thriller no apto para cardíacos.