Toni encuentra trabajo como actor en una sala de sexo en vivo. Lo que para él es su ideal de vida, cambia bruscamente cuando se enamora de Sonia, su compañera en el escenario. Ese suceso le hunde en una profunda crisis personal. Su memoria le hace tener una imagen confusa de su pasado y un falso concepto de sí mismo. Convencido de que su pasado está relacionado con la delincuencia, se ocupa de proteger a Bora, una prostituta que conoció después de haberla defendido del acoso de un sicario. Poco a poco, va asumiendo su papel de protector y son más las prostitutas que requieren sus servicios. Cuando la policía le atrapa, le comunica algo sobre su auténtica naturaleza. Algo que él no estará dispuesto a aceptar.