Marzo de 1963. A sus dieciocho años, el jienense José Sáez entrena en una escuela de toreros con el ánimo de convertirse en matador. Un buen día descubre que su cara, aun siendo la misma de siempre, es la de otro hombre, Manuel Benítez El Cordobés, el diestro más célebre de todos los tiempos. Sin embargo, en esta
historia de espejos y espejismos no hay corridas ni toros: en tono de comedia agridulce, Yo soy El Otro habla del éxito y del fracaso, del esfuerzo y de la suerte, de la identidad y de la locura, de la auténtica fortuna y del verdadero talento.