Sinopsis La historia de las relaciones entre Zorrilla y la Real Academia Española está salpicada de circunstancias anómalas. La principal de ellas es el hecho de haber sido elegido académico dos veces, la primera en 1848, para una plaza que no llegó a ocupar, y la segunda en 1882. Cuando en 1885 tomó finalmente posesión, lo hizo, por vez primera desde que se estableció el ritual de las recepciones públicas, con una composición en verso que traza una suerte de autobiografía y autorretrato poéticos. A este Discurso poético, que aquí se reedita, le sigue la magistral contestación en prosa de don Leopoldo Augusto de Cueto, marqués de Valmar.