«Flamigni mantiene al lector alerta hasta la última página con un juego de alta tensión.»
La Repubblica
Primo Casadei es un escritor de pasado cuestionable con una familia muy peculiar: Maria, su mujer, es una inmigrante china que aprendió el italiano dialectal escuchando los culebrones de la radio; Pavolone, su «guardaespaldas», es un muchacho simplón; Proverbio es un viejo que los socorrió en tiempos difíciles, ateo apasionado y filón inagotable de sabiduría popular; y las hijas pequeñas del matrimonio son las gemelas Beatrice y Berenice. La familia se muda a un pueblecito de la Romaña para que la pequeña Beatrice se recupere de una tuberculosis. Es el pueblo de la familia Casadei, aunque Primo lleva décadas sin pisarlo, y, en él, como en todos los pueblos pequeños, los viejos odios y rencillas todavía están latentes. Pero, al poco de su llegada, la tranquila existencia del pueblo se ve perturbada por una abominable sucesión de homicidios de niños en el bosque, asesinatos tan distintos unos de otros como para rechazar la idea de un maniaco o de un asesino en serie. Incluso a Beatrice la intentan secuestrar, pero el intento es abortado por Pavolone. Primo comenzará entonces a indagar por su cuenta...