Tengo quince años y no quiero morir es la historia real de Christine Arnothy, que vivió los últimos momentos de la ocupación alemana de Budapest y la llegada de los rusos encerrada en el sótano de un edificio sin apenas agua ni alimentos, junto a sus padres y a otros atemorizados inquilinos. Tenía quince años y decidió escribir un diario que, diez años más tarde, se convertiría en esta novela. Un testimonio doloroso y preciso, en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, de quien ve cómo su mundo se desmorona. Tengo quince años y no quiero morir está escrito con la ingenuidad de una adolescente pero con la madurez que da vivir en un mundo en el que se teme tanto a los salvadores como al enemigo. Por las páginas de este emotivo libro transitan unos personajes que precisamente por su humanidad, resultan entrañables. Personas cuyo comportamiento no siempre puede ser aceptable pero que siempre es humano.