Tras la publicación de los aforismos completos de su obra magna, Escolios a un texto implícito, Atalanta presenta ahora el segundo libro que apareció en vida de Nicolás Gómez Dávila. Publicado en 1959 en Bogotá, bajo el sobrio título de Textos I, este volumen tiene la particularidad, dentro del conjunto de su obra publicada, de ser el único escrito en prosa continua. Así pues, el lector puede aquí saborear en toda su extensión la eficaz calidad de su estilo.
Pero aparte del placer sensual que reporta la prosa de Gómez Dávila, este libro ofrece una clave esencial de su pensamiento, pues según Francisco Pizano de Brigard, en él se encuentra todo el desarrollo de su teoría de la reacción: el texto implícito al que aluden los Escolios (que se hallaría entre las páginas 55 y 84 de este libro), donde se exponen, «sin ningún propósito didáctico», las líneas esenciales de su visión antropológica y metafísica del hombre.
Cierra el volumen la recuperación de un breve texto perdido, El reaccionario auténtico, que completa y sintetiza su visión filosófica del mundo, que lejos de ser una «exposición dialéctica del universo», es el lúcido «llamamiento de una libertad despierta a una libertad dormida».
«Atalanta pone ahora a disposición del lector español los aforismos de uno de los hitos del pensamiento en lengua castellana del siglo xx.»
Miquel Porta Perales. ABC
«La obra de Gómez Dávila es inagotable, y para quien esto escribe una verdadera sorpresa: el descubrimiento de una mente lúcida, con una capacidad expresiva (comprensiva) digna de los grandes aforistas de cualquier época.»
Juan Malpartida. Letras Libres
Nicolás Gómez Dávila (1913-1994) nació en Bogotá. A los seis años su familia se traslada a París, donde adquiere un gran dominio de las lenguas clásicas y el pensamiento y la literatura europeas. A los veintitrés años vuelve a su ciudad natal. Con el paso del tiempo, va atesorando en su mansión una notable biblioteca, en donde se recluye a diario para leer y escribir. A lo largo de toda su vida trabajó en una sabia destilación de todas sus lecturas, que tituló Escolios a un texto implícito, cuyos ocho mil aforismos fueron apareciendo sucesivamente en cinco volúmenes, entre 1977 y 1986. Su obra comenzó a ser reconocida gracias al impulso recibido en Alemania de Botho Strauss y Ernst Jünger y en Italia de la edición de Adelphi.