James Graham Ballard (1930-2009) salió del restringido ámbito de la ciencia ficción para volverse una suerte de profeta del nuevo milenio cuando Steven Spielberg y David Cronenberg llevaron al cine sus novelas El imperio del sol y Crash.
Una trayectoria de más de medio siglo lo consagró como uno de los autores británicos más importantes de su tiempo, al punto que el adjetivo "ballardiano" ya ha llegado a los diccionarios. Ballard supo reinventarse varias veces como escritor, pero nunca abdicó de su obstinada lucidez, aun a riesgo de ser tildado de apocalíptico.
Uno de los primeros libros sobre Ballard lo escribió hace veinte años Pablo Capanna, quien hoy ofrece una versión revisada y ampliada. Ahora que Ballard nos ha dejado, en un mundo cada vez más ballardiano, es posible comenzar a interpretar su legado.