«¿Es posible resumir en un puñado de instituciones, ideas, tradiciones y costumbres lo que es Europa? George Steiner piensa que sí y ha intentado este resumen en un texto ingenioso y provocador. Según él, Europa es ante todo un café repleto de gentes y palabras, donde se escribe poesía; ese café [...] es inseparable de las grandes empresas culturales, artísticas y políticas del Occidente. [...] la segunda seña de identidad europea es compartida por todos los países europeos: el paisaje caminable, la geografía hecha a la medida de los pies. El tercer rasgo [...] es el de poner a las calles y a las plazas el nombre de los grandes estadistas, científicos, artistas y escritores del pasado. La cuarta credencial es descender simultáneamente de Atenas y Jerusalén, es decir, de la razón y de la fe, de la tradición que [...] hizo posible la coexistencia social, desembocó en la democracia y la sociedad laica, y la que produjo los místicos, la espiritualidad y, también, la censura y el dogma. La quinta seña de identidad europea es la más inquietante de todas. Europa siempre ha creído que perecerá. A Steiner lo atormenta la supervivencia de los odios étnicos, el chovinismo nacionalista, [...] y la resurrección del antisemitismo. Pero, sobre todo, la uniformización cultural por lo bajo a consecuencia de la globalización».
Del prólogo de MARIO VARGAS LLOSA