Prólogos de Arturo Pérez-Reverte y José Ortega y Gasset
«El capitán Contreras no es el único soldado español de ese tiempo que puso su vida por escrito, pero es sin duda el mejor [...] Leerlos resulta una experiencia asombrosa. Suelen ir sin rodeos al grano, describen acciones, combates, temporales, lances de mujeres, peripecias cortesanas, duelos, abordajes, venturas y desventuras con la naturalidad de quienes durante largos años encararon todo eso como gajes de un oficio, la milicia, que a cambio de riesgos y sangre vertida, propia y ajena, les permitió dejar atrás una oscura y triste España asfixiada por reyes, nobles y curas, y probar suerte en mares azules, bajo cielos luminosos, jugándose la piel sobre el tapete de la Fortuna con la esperanza de medrar, de ascender en la escala social, de conseguir botines y respeto [...] Nuestro autor sólo es un hombre de armas tomar, en el más literal sentido de la expresión, que recuerda sin apenas vanidad, ni remordimientos. Es evidente que quien escribe estas memorias duerme cada noche a pierna suelta. Satisfecho de haber vivido y de seguir vivo, orgulloso de la sombra que tiene cosida a las viejas botas, el capitán Contreras nos cuenta su mundo desde dentro, con la tranquila certeza de quien no conoce otro. Ni maldita la falta que le hace.»
Del Prólogo de Arturo Pérez-Reverte
«Dondequiera que él pone la planta brota la aventura, el conflicto, el lío, y no puede volver una esquina sin caer en medio de alguna zalagarda que lo obligue, cuando menos, a airear el estoque y acabar entre alguaciles. De aquí que en sus jornadas abunden los homicidios. Van tan anejos a su suerte que habla de ellos con la mayor naturalidad, como se habla de si va bien el trigo, y aun hace notar que eran públicos, notorios. ¿Por ventura tiene él la culpa? Contreras no se hace ni un instante siquiera esta pregunta, que revelaría algún sentimiento de sorpresa [...] Contreras no tiene prejuicios, vive, sin más, hacia adelante y él no va a ser responsable de lo que la suerte le ponga en el ristre [...] Por supuesto, está hecho de la misma madera de que se hacen los forajidos. Es uno de esos hombres que entran en la vida al grito de: "¡Atrás; por la muerte vengo!". El azar, agradecido a semejante conjuro, apronta indefectible toda la tramoya de la reyerta, el enredo, el cataclismo. No hay cosa que no venga a clavarse en su estoque.»
Del Prólogo de José Ortega y Gasset
Reseñas:
«No es el único soldado español de ese tiempo que puso su vida por escrito, pero es sin duda el mejor.»
Arturo Pérez-Reverte
«Una narración sobremanera inverosímil, a la cual acontece la gracia de ser la pura verdad.»
José Ortega y Gasset
Blog de Javier Marías:
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