Daudet retrata en sus Memorias, de más de treinta años, la vida literaria y cultural parisinas, plagada de poetas, pintores, músicos y dramaturgos; la política que oscila, en apasionados debates, entre los monárquicos a la antigua usanza, fieles al Imperio y republicanos más exhaltados; el periodismo más militante; y la bohemia parisinas.
Todo un mundo que agoniza: los salones literarios y sus tertulias, los cafés, brasseries y tabernas que propician el encuentro de periodistas, poetas, pintores y políticos en ciernes, los estrenos en el Teatro Odèon, los vodeviles, la activa vida de los boulevards... Todo un fresco en donde no faltan Victor Hugo, Flaubert, Baudelaire, Nodier, George Sand, Turgeniev, Gautier, los Goncourt o Vigny.
Daudet perteneció o mantuvo contacto directo, cosa que nos confían estas memorias, con varios de los más importantes grupos literarios de Romanticismo francés: La Félibrige con Mistral y el parnasianismo; las cenas de los autores silbados, con Victor Hugo, Turgeniev y Flaubert, en la casa de este último; el cenáculo del Arsenal, con Nodier y George Sand.
Sus Memorias también son una memoria de sus propios libros, espejo donde el autor se mira y valora, en clave biográfica y vital, su propia creación literaria. Todo un documento que nos rescata un capítulo fundamental de la literatura europea contemporánea.